“No soy más que una pobre mujer que ora”
Cuando la madre Teresa de Calcuta, con ocasión de su vista a la ONU, fue presentada por el secretario general como la mujer más poderosa del mundo, ella cogió en la mano su rosario y lo mostró a los sorprendidos delegados diciendo: “Yo no soy más que una pobre mujer que ora. Cuando oro, Dios deposita su amor en mi corazón. Y sólo de ese modo puedo amar a los pobres. Sin Dios somos demasiados pobres como para ayudar a los pobres”.